Hasta hace poco, el concepto de coche sin conductor pertenecía al mundo de la ciencia ficción. Sin embargo, un futuro donde el conductor puede jugar relajadamente con los otros pasajeros mientras el coche fluye por la autopista está prácticamente a la vuelta de la esquina. No habrá coches que vuelen (al menos, no por el momento) pero lo que era una fantasía podría transformarse muy pronto en una revolución que promete poner todas las patas arriba. No sólo lo que significa conducir; también las ciudades e infraestructuras, los seguros, la legislación y, por supuesto, la industria del automóvil.

Antes de que lleguemos a ver vehículos totalmente autónomos en las carreteras, y podamos echar una cabezadita mientras nuestro KITT de turno nos lleva de aquí para allá, disfrutaremos de un sistema de tránsito que transformará la experiencia de desplazarse de un lugar a otro o de encontrar sitio para aparcar. Ya hay ciudades, como nuestra Barcelona o Amsterdam, con sensores que avisan de las plazas libres, un primer paso en esta revolución.

Más adelante, a medida que los sistemas de transporte se conecten más, los vehículos se comunicarán entre sí constantemente. Por ejemplo, los coches implicados en un accidente enviarán una señal para alertar a los demás conductores, lo que permitirá reducir la velocidad o tomar una ruta alternativa. La conexión entre vehículos puede advertir de una colisión inminente con otro que sale de una intersección sin buena visibilidad, de un vehículo que se ha saltado un semáforo en rojo o de una placa de hielo en la carretera.

La fase de transición  ya ha comenzado con los vehículos que aparcan solos con el conductor en el interior o el exterior del vehículo, por ejemplo. Todos los grandes fabricantes ofrecen esta posibilidad, algunos incluso en modelos modestos. En el mercado ya hay, por otro lado, sistemas de asistencia que avisan al conductor cuando creen que se está durmiendo, que frenan cuando creen que hay riesgo de colisión, mantienen el coche en el carril o incluso conducen solos en un atasco.

En el próximo post continuaremos con la segunda parte de conectados: conducir desde el asiento de atrás, dentro de internet de las cosas, entre tanto puedes consultas estos artículos relacionados:

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Por Melchor Sáez de LaAnet

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