Durante bastantes años, los departamentos de marketing se centraron en las medidas cuantitativas, fáciles de obtener con tags y logs, como las visitas, los clics y las páginas vistas. Con la llegada del comercio electrónico, el foco pasó a las conversiones: cuántas ventas generaba cada campaña de publicidad o el valor medio de pedidos. Cuando parecía que todo estaba controlado, el mundo cambio de nuevo.
Creado en 2004, entre 2006 y 2009 Facebook explotó en numero de usuarios y popularidad. En 2010 ya había alcanzado los 500 millones de usuarios. En la actualidad es 4 veces mayor: un 50% de los usuarios de internet en todo el planeta está en Facebook.
Facebook, junto con otras redes Twitter, Linkedln, Pinterest o Google+, se convirtieron en puntos de encuentro entre personas que compartían enlaces a contenidos, criticaban o alaban productos en sitios web que quedaban fuera del alcance para ser medidos por el productor de estos contenidos. En internet la concentración es un valor, y las redes sociales eran los nuevos intermediarios que concentraban en cientos de millones de usuarios. El poder estaba cambiando de manos.
Al mismo tiempo, las redes sociales ofrecían una enorme oportunidad. Ante el marketing unidireccional en el que había muy poca interacción con los usuarios clientes, las redes sociales sólo permitían conocer de primera mano lo que opinaban, sino que convertían en una obligación el seguimiento de esas opiniones. Que alguien visite tu sitio está bien, pero es mucho mejor si les dice a sus amigos que tu sitio es bueno, y que está satisfecho con tu producto, sí envía sugerencias o publica en su cuenta un video usando ese producto y un historia personal de satisfacción. Esta misma metodología también funciona al contrario, y puede arrastrar tu marca por el barro.
Aunque Google era la principal fuente de tráfico hace apenas unos años, en la actualidad la mayor parte de tráfico de los sitios viene referido casi a partes iguales por Facebook y Google. La tendencia es que las redes sociales no puedan superar la primacía de Google.
La información se hizo móvil
El otro cambio radical e inexorable en los últimos años ha sido la liberación de internet de los confines del ordenador de sobremesa y el salto a los dispositivos móviles.
La experiencia de navegación por la web en dispositivos móviles alrededor del año 2000 era terrible. Tiempos de carga interminables, pantallas diminutas, teclados numéricos en los que escribir era un suplico, etc.
El aunque de los dispositivos móviles va unido al de las redes sociales, ya que se han convertido en el principal medio de acceso a ellas. En consecuencia, el tráfico al resto de sitios también se ha desplazado de las mesas a las manos. En la actualidad el tráfico móvil supera con holgura al de sobremesa, las empresas empiezan a plantearse el diseño de sus sitios pensando en el mobile first (el móvil primero) como la nueva realidad.
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Por Melchor Sáez de LaAnet
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