Todos los grandes éxitos de la historia del móvil tienen en común una «usabilidad» superlativa, es decir, una increíble sencillez de uso y navegación intuitiva por parte de los usuarios. Y es que, si la experiencia del usuario (user experience o UX en la jerga del sector) es absolutamente clave en el ordenador de sobremesa, aún es más en dispositivos cuya pantalla mide sólo unos centímetros cuadrados.

Un ejemplo paradigmático es el IPhone que, como os decía más arriba, logró llevarse por delante grande compañías  como Nokia y BlackBerry con diseño bello y extraordinariamente usable gracias, sobre todo,  a una pantalla multitáctil que se podía manejar intuitivamente con los dedos. Algunos recordareis – entre horrorizados y divertidos – que la interfaz de los móviles pre-IPhone precisaba botones, ruedas y/o lápices especiales para la pantalla táctil.

Otro caso clásico de usabilidad es el WhatsApp, que consiguió un éxito rotundo casi desde el primer día con un sistema de mensajería  instantánea increíblemente simple -muy parecido a los SMS que todos sabíamos usar-. O Tinder, la mundialmente famosa aplicación de contactos que permite navegar entre las fotos de potenciales ligues y valorarlos con un simple desplazamiento del dedo (swipe).

Constantes de éxito que se repiten en la evolución de los dispositivos móviles

Por Melchor Sáez de LaAnet

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