El reto era de calado. Un servidor es usuario del iPad desde su primer modelo y, por otro lado, usuario de los tablets desde los albores de este tipo de productos en los pesados y toscos UMPC.
La memoria es frágil, pero no tanto como para recordar las primeras críticas que recibió el iPad en su primer modelo: “¡Es un iPod gigante!”, “¡No tiene USB!”… Sí y sí, pero es un dispositivo que ha reinventado una categoría hasta convertirse en un fenómeno de masas.
Pegar dos veces y hacerlo certeramente ha logrado situar a la tableta de Apple en una posición privilegiada en la que los rivales luchan por robar una hegemonía ganada por el equipo por méritos propios. La firma de Cupertino hace ya tiempo que renunció a la batalla por la cuota de mercado centrándose en los márgenes y los nichos que más volumen de negocio mueven.
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Todos los intentos por adentrarse en nuevas aguas y dejar atrás el iPad han resultado vanos por mi parte. El producto de Apple es sólido, con un ecosistema en el que uno puede encontrar cualquier aplicación por peregrina que parezca, y en un dispositivo en el que todo, simplemente, funciona. Es cierto que el iPad tiene sus carencias y suelen ser los flancos que aprovechan los compradores de tablets rivales con su: “Mira, a que con el iPad no puedes hacer esto”, pero resulta que ese “esto”, en general, casi nunca suele ser necesario y no se echa de menos.
En esta calma tensa, el usuario ha observado cómo muchos dispositivos han irrumpido en el mercado con notables mejoras en lo que se refiere al hardware e innovativas soluciones que han puesto las cosas más difíciles. Y las distancias se acortan, pero el iPad sigue siendo el tablet de referencia.
Pero llegó Amazon
La firma de Bezos ha abordado la entrada en este mercado desde una perspectiva muy diferente y que realmente puede poner en un aprieto a Apple: escaso margen en hardware (si es que lo hay) y centrar los ingresos en la venta de contenidos. El Kindle Fire original fue un intento legítimo que apuntó maneras: precio muy bajo, un hardware decente y una plataforma más o menos cerrada donde el usuario podía bandearse sin volverse loco.
Pero el de Albuquerque va a por todas y la última generación del tablet ha sorprendido al mercado: el Kindle Fire HDX resuelve muchos de los inconvenientes planteados por los modelos precedentes pero lo que resultaba más inquietante es que, sobre el papel, supera en prestaciones a un iPad Air recién llegado al mercado. Sumen a este dato un precio de absoluto derribo (el modelo más compacto se vende por poco más de 200 euros) y una calidad de materiales de primera, y la amenaza dejó de ser considerada una broma.
Amazon sabía que su producto era muy sólido y en un anuncio derribó todos y cada uno de los argumentos que Apple exhibió con el iPad Air ¿Era realmente superior el HDX? Había que probarlo. Con el vértigo que supone dejar atrás un fiel compañero de trabajo y ocio que ha funcionado como un reloj suizo durante mucho tiempo, el iPad fue sustituido por el HDX en una prueba de uso real, o lo que es lo mismo, sometido a lo que se puede exigir al iPad en el día a día. Y todo es cuestión de sensaciones.
La primera, al sostener el HDX en la mano: fino, muy ligero y una percepción de calidad es real, sorprendente para el precio de venta del equipo. Amazon no parece haber escatimado en gastos a la hora de elegir materiales y acabados en su tablet estrella. Cómo han logrado conseguir semejante joya a ese precio es harina de otro costal, pero lo cierto es que su tablet huye como de un apestado de la sensación de low cost, esa misma que tanto ha perjudicado a la plataforma Android en lo que respecta a la imagen.
La publicidad no miente
La dolorosa publicidad de Amazon, por otro lado, no miente y pega duro en tres puntos claves: el Fire HDX supera en calidad de imagen al iPad Air y su pantalla Retina, es más ligero y notablemente más barato. Se trata de tres argumentos sólidos que, de por sí, son suficientes para desequilibrar la balanza, pero en la compra de un smartphone y tablet hay mucho más que el simple hardware. En este sentido, el ecosistema y los servicios asociados a la plataforma pueden ser motivo más que suficiente bien para retener usuarios, bien para captar nuevos.
¿Flaquea el HDX en este terreno? Sí y no. Amazon ha logrado crear una nutrida tienda de aplicaciones en la que es difícil echar de menos algo. Por otro lado, todo está diseñado de forma muy intuitiva, de forma que resulta muy difícil perderse a la hora de añadir nuevo contenido. Así las cosas, podríamos adjudicar este minipunto a Amazon, pero no es oro todo lo que reluce: el usuario habitual del iPad ha acostumbrado su paladar al jabugo y con el Kindle se queda en recebo, muy bueno, pero no deja de ser un jamón de menor categoría.
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Dicho de otra manera, la App Store ofrece un abanico tan amplio de aplicaciones que el habitual del iPad podría tener la sensación de perderse algo en el tablet de Amazon, pero casi podríamos decir que aquí terminan todos sus problemas. El HDX es un producto redondo, máxime si consideramos el precio de casi ganga al que sale a la venta, contando además con las garantías que ofrece Amazon: atención de cliente de primera y entregas en tiempo récord.
Además, atención, porque en un futuro llegará a España el sistema de asistencia remota MayDay, ese por el cual nos aparece en la pantalla del terminal un operador de Amazon que resuelve todo tipo de inconvenientes o dudas que puedan surgir. El servicio está disponible únicamente en Estados Unidos por el momento y también se han dejado por el camino el ingente catálogo de películas y series que, por el momento, no están disponibles.
¿Cuál es mejor?
“Pero, vamos a ver, entonces: ¿Es mejor el Kindle Fire HDX o el iPad Air?” Me temo que no hay una respuesta definitiva, pero dependiendo del perfil del comprador la cosa está más clara. Un usuario habitual del iPad, en especial, en sus últimos modelos, es fácil que sienta que está sacrificando mucho y salvo que las mejoras de hardware que antes hemos expuesto le compensen, siga aferrado a la tableta de Apple.
Si el comprador, por otro lado, no ha utilizado nunca el iPad encontrará en el HDX un auténtico killer al que podrá sacar un rendimiento desmedido y a un precio que no le habrá hecho ningún roto en la cartera. Si lo quieren ver con un símil automovilístico, para los primeros sería como pasar de un Audi a un Kia (ambos muy buenos, pero con diferencias que marcan las distancias), y para los segundos, sería como dejar atrás el Vespino y sentir bajo el asiento el rugir de un Ferrari.
Dicho lo cual, se puede concluir con que Amazon ha logrado un producto de una calidad elevadísima que barrerá el mercado de los primeros compradores de tablets gracias a su bajo precio y nutridos servicios bajo el paraguas de Amazon, al tiempo que robará clientes de la ingente gama de tabletas Android. En esta hábil maniobra, el HDX también pescará a los frustrados usuarios de modelos anteriores del iPad que se nieguen a pagar un pastón por disfrutar del último grito en tecnología que ofrece el Air. No hay discusión: es bueno, bonito y barato, pero ¿son estos motivos suficientes para alejarse del mimo con el que Apple cuida a sus usuarios?

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