Los usuarios de Instagram tienen fama de ‘guerreros’ e inconformistas en la red, al menos con relación a los miembros de otras redes sociales menos ‘especializadas’. Y vaya si lo son. Durante el último mes casi la mitad de ‘instragramers’ no solo se resiste a publicar sus imágenes sino que, como muestra el gráfico inferior, incluso han dejado de entrar en la web.
Se trata de la respuesta orquestada de la comunidad a Facebook, los nuevos dueños de Instagram, y su cambio en los términos de uso. Si se fijan en la curva, la gran caída coincide con un día después a que Mark Zuckerberg anunciase que los usuarios de la red fotográfica perderían los derechos de sus imágenes y, lo que es peor, que la empresa mantendría el derecho a usarlas como creyese conveniente. El ultraje ha indignado a los usuarios en varios niveles: por una parte, sienten traicionado por Zuckerberg y Facebook el espíritu de ‘startup’ que marcaba todas las decisiones de Instagram en favor del capitalismo más voraz.
Por la otra, pocos usuarios están dispuestos a perder el control sobre sus fotografías, sobre todo cuando éstas pueden ser empleadas con fines promocionales sin aviso de por medio. Y es que quien dijo que los derechos de autor no le importaban a nadie olvidó mencionar “siempre que esos derechos no pertenezcan a uno mismo”.

Así, Instagram, la gallina de los huevos de oro de Facebook, el ‘juguete’ de los 1.000 millones, vive hoy el día más negro en su historia. Porque es hoy precisamente cuando entran en vigor los Términos y Condiciones nuevos del servicio, la fecha límite marcada por los grupos de usuarios para terminar de descargar las imágenes y cerrar la cuenta en Instagram a modo de protesta.
¿Cómo ha reaccionado Facebook al motín? Peor imposible. Quizá a modo de cortina de humo, los de Zuckerberg llevan semanas ‘calentando’ la jornada de hoy, advirtiendo del anuncio de “algo grande” que tendrá lugar a las 19:00 horas de hoy y que podrá seguir en directo en Teknautas. Mientras esto sucede, nadie debe saber el tráfico exacto de Instagram, y para ello han deshabilitado la API que medía las visitas, en un burdo movimiento por ocultar la caída del 50% de la actividad de la web y el consecuente desánimo de su comunidad de usuarios.
[Via ElConfidencial]