La red no crea adúlteros, pero sí les facilita sus encuentros fuera del matrimonio. 42 de los 54 millones de solteros de EE.UU. Recurren a servicios de citas.El acceso a relaciones virtuales tiene un componente adictivo para algunas personas.
Marie Cosnard es la responsable de relaciones con los medios de comunicación de Happn, una aplicación móvil que permite poner en contacto a personas que han estado cerca la una de la otra si es que ambas desean conocerse. Marie acaba de llegar a Barcelona y, cuando abre la aplicación en su móvil, se encuentra más de 30 posibles candidatos con los que contactar para buscar algún tipo de relación. No ha tenido que rastrear nada. Simplemente se ha cruzado con ellos por la calle de una ciudad en la que está de paso. Internet y el móvil dan los primeros pasos por delante de los seres humanos. Después, todo depende de las personas.
El mundo de las aplicaciones pensadas para las relaciones de amor/amistad/sexo está en auge. Es el llamado dating on line. Happn es una de las apps que utilizan solteros en busca de pareja, aunque la variedad y especialización de este software es enorme. El principio de su aplicación móvil es que si dos personas se atraen y llevan la misma app es posible que, después de ese encuentro casual, de un simple cruce de miradas, puedan iniciar una relación en el caso de que se atraigan de forma mutua.
La diversificación de apps para relaciones es muy elevada: hay para la búsqueda de relación estable, de relación sexual extramatrimonial, de amistad, de relación homosexual, de mujeres/hombres que buscan hombres/mujeres más jóvenes, de encuentros entre parejas. Un mundo para todos los gustos.
Según el portal Statista, en Estados Unidos, el 18% de los usuarios de internet de edades entre los 18 y los 34 años ha usado alguna vez una aplicación de relaciones en línea. En el caso de las edades de 35 a 54 años, el porcentaje se eleva hasta el 19%, mientras que desciende en la franja de edad superior hasta un 11%.
El total de los norteamericanos que alguna vez han recurrido a una aplicación móvil para relacionarse era en junio pasado del 15%. Hay que tener en cuenta que el número de personas solteras en Estados Unidos supera los 54 millones de individuos. De ellos, algo más de tres cuartas partes, cerca de 42 millones, han recurrido a servicios de este tipo en busca de amistad, relación esporádica o pareja. Socialmente, se trata de una práctica muy aceptada y bien asentada.
La psicóloga especializada en relaciones de pareja Montserrat Ribot asegura que lo que ocurre en el 2014 con el uso de estas herramientas “no es muy diferente de lo que ocurría cuando no existían”. “Internet -explica-, lo que hace es facilitar la consecución de un objetivo. Antes, la gente se conocía en un contexto lúdico en el que la biología y el entorno cultural y social iban en paralelo”.
Las cosas han cambiado. Ahora tenemos un pequeño ordenador a mano en forma de smartphone que nos permite conectarnos al mundo de muy diversas formas. A principios de este año, el Pew Research Center publicó un estudio sobre las percepciones morales según los países. En el ranking, el país del más tolerante con las relaciones extramatrimoniales es Francia. Menos de la mitad de los franceses, el 47% considera moralmente inaceptable el adulterio. España figura en el tercer lugar, con un 64%, que comparte con Italia, sólo superados por Alemania (60%). En Estados Unidos, la cifra es del 84%.
Así se explica que Ashley Madison, una web (con aplicación móvil disponible) destaque que en España el 27% de la población no considera la infidelidad una cuestión moral. Este servicio, pensado para las relaciones extramatrimoniales, tiene 1,3 millones de usuarios españoles registrados, de los que 275.000 son catalanes.
Esta web fue creada hace 12 años por Noel Biderman, que presume de haber sido definido en la prensa internacional como “el rey de la infidelidad” y “el hombre más odiado en internet”.
Ribot apunta que el medio de internet y la app no crean más adúlteros, simplemente les facilitan sus aventuras fuera de sus parejas, ya que “siempre ha habido personas infieles”. “La diferencia entre ser infiel en la vida real o en este mundo virtual -observa-, es que este último tiene un componente adictivo para algunos. Hay gente que se queda enganchada y después lo idealiza”.
La progresiva incorporación de estas herramientas a las relaciones interpersonales han empezado a ofrecer nuevos datos específicos. Ribot indica que “cada vez hay más mujeres infieles, como reacción a una insatisfacción”, y a las posibilidades que les ofrecen su salida a más ámbitos fuera del doméstico.
El uso específico de internet en las relaciones da lugar a nuevos problemas. Uno de ellos es que algunas personas tienden a ver la red como “una herramienta romántica, cuando tan sólo facilitar un contacto de potenciales personas que se podrían llegar a entender”, afirma Ribot.
Entre los conflictos que surgen están los mismos que aparecen fuera de la red. Hay personas que quieren llevar la relación muy rápido, sin conocer lo suficiente a la posible pareja, o que buscan una relación con alguien que vive en la distancia. Algunas características del contacto on line facilitan las situaciones cargadas de drama y romanticismo, según apunta Montserrat Ribot.
Christoph Kraemer, portavoz europeo de Ashley Madison en España, asegura que “España es el primer mercado europeo del on line dating y el quinto mercado internacional en un total de 43 países”. Entre las razones para su éxito, apunta, está el hecho de que se trate de una sociedad “muy progresista”.
La crisis económica, en su opinión, también ha ayudado a expandir las relaciones extramaritales, un fenómeno que la compañía ha observado en países como Grecia e Italia, por el hecho de que los problemas económicos provocan “tensiones en los matrimonios”. En el año 2013 esta web creció de media en Europa un 28%. En España, la tasa fue del 41%.
Una simple búsqueda por las tiendas de aplicaciones App Store o Google Play arroja una cantidad abrumadora de aplicaciones disponibles para las relaciones interpersonales. Rápidas, lentas, de amistad, de sexo, fetichistas, de cualquier tipo. Nunca fue más cierto el dicho moderno “hay una app para eso”.
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