Como cualquier otro producto de consumo, el marketing es vital: más de la mitad de los desarrolladores destinan menos de un 5% de su tiempo a promocionar su app

El desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles es hoy en día uno de los grandes campos de interés en la industria de la tecnología. Desde la grandes compañías hasta las pequeñas startups, a menudo microempresas formadas por dos o tres jóvenes emprendedores, buscan la manera de captar, aunque sea por unos instantes, la atención de los usuarios de smartphones y tabletas a través de su apps.
Las aplicaciones atraen buena parte de la innovación y cada vez más inversiones en el mercado tecnológico. Pero, ¿cuáles son las claves de éxito de una app? ¿Qué características han de tener en su diseño y funcionalidades?
En primer lugar, una buena aplicación debe sacar partido de las fortalezas del dispositivo para el que está diseñado. En consecuencia, una app tendría que satisfacer una necesidad comunicativa, fomentar un uso espontáneo, ser sensible a la geolocalización y estar enfocada en una actividad concreta que se realizará en un período corto de uso. Asimismo, en el proceso de desarrollo cabe hacer un uso inteligente de los componentes habituales del hardware del dispositivo móvil, como la pantalla táctil, la cámara y el GPS.
Si nuestra app es un producto exclusivo, las posibilidades de éxito son mayores. No obstante, algunas de las aplicaciones más exitosas no han introducido nuevas ideas, sino que han resuelto mejor, o de un modo más simple, ideas ya existentes. La mejor respuesta es crear aplicaciones concretas, poco profundas, que hagan una sola cosa y la hagan bien.
Para ser un éxito, es necesario que tengan una funcionalidad real o que solucionen un problema determinado al usuario. Y, por encima de todo, que sea personalizada. Esto es, que muestre la información relevante para cada usuario.
La importancia del marketing
Como en cualquier otro producto destinado al mercado de consumo, es fundamental pensar y activar una estrategia de marketing. Según un estudio de la compañía App Promo, más de la mitad de los desarrolladores destinan menos del 5% a la promoción de su aplicación. En cambio, la mayoría de los que ganan dinero con su app dedican más de 14% de su tiempo a comercializarla.
En un mercado, el de las aplicaciones, aún por madurar, la tasa de éxito de una app no se debe valorar (sólo) por el número de descargas o clics que genera. Lo relevante es cuánto tiempo pasa el usuario en nuestra aplicación, y si la comparte o la recomienda en las redes sociales. Lograr que una app sea un éxito viral es una garantía. De ahí la importancia del marketing.
Es vital tener presencia en las redes sociales, porque es allí donde están los clientes. Siempre que sea posible y tenga sentido, deben existir las opciones de publicar un contenido en Facebook o Twitter, compartir un vídeo en YouTube, colgar una foto en Instagram o escuchar una canción en Spotify.
Información relevante y personalizada
En caso de producir información para las redes sociales, cabe asegurarse que sea algo que valga la pena compartir. Lo contrario será contraproducente. Es preciso tener siempre en consideración que, probablemente, el usuario esté en movimiento y no tenga mucho tiempo libre. Por tanto, los mensajes deben descomponerse en pequeños trozos de información.
Una de las características que tienen en común todas las aplicaciones exitosas, en el caso de las referidas a contenidos, es que éste cambia con frecuencia. El ejemplo paradigmático es Facebook. El usuario agradecerá que cada vez que abra la aplicación aparezca algo nuevo, aunque acceda solo diez minutos después de la última vez.
La clave, una vez más, es dotar al usuario de información personalizada. La aplicación debe responder siempre a la pregunta: ¿Qué es lo que el usuario quiere/necesita/encuentra relevante? Se trata de mostrar siempre la información que el usuario quiere ver. En ocasiones, esto se puede hacer sin necedidad de que éste sea proactivo. Por ejemplo, a través de las alertas.
Por último, aunque no menos importante, hay que prestar la atención que merece al diseño de la app. Las primeras impresiones son determinantes. También en este nicho de mercado, los clientes juzgarán el libro por su cubierta. En este sentido, las imágenes en alta resolución funcionarán especialmente bien. Un usuario se molestará si la aplicación es visualmente de mala calidad. Por tanto, los iconos deben ser brillantes, elegantes y llamativos.
[Via LaVanguardia]