El objetivo era recoger información clave sobre las instalaciones nucleares iraníes.
Estados Unidos e Israel desarrollaron conjuntamente el virus informático Flame para recoger información clave sobre las instalaciones nucleares iraníes, según fuentes oficiales occidentales conocedoras de la operación, informa el diario The Washington Post.
El virus fue diseñado para rastrear de forma secreta redes informáticas de Irán y controlar los ordenadores de los funcionarios iraníes, enviando un flujo constante de información utilizada en la campaña de guerra cibernética en marcha, según los funcionarios consultados por el diario.
Esta campaña, en la que han participado la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense, la CIA y representantes militares de Israel, ha incluido el uso de un software similar al destructivo virus Stuxnet que causó fallos en las centrifugadoras de la planta secreta de enriquecimiento de uranio de Natanz (Irán) en 2010.
Según el diario, los detalles que están surgiendo sobre Flame dan nuevas pistas sobre lo que se cree que es la primera campaña sostenida de “cibersabotaje” contra un adversario de Estados Unidos. “Se trata de preparar el campo de batalla para otro tipo de acciones encubiertas”, indicó al rotativo un antiguo funcionario de los servicios de inteligencia de EE UU., quien agregó que Flame y Stuxnet son elementos de un ataque más amplio que aún continúa hoy en un intento por detener el programa nuclear iraní.
Flame fue descubierto en mayo pasado después de que Irán detectara una serie de ataques cibernéticos en su industria petrolera.
Esta incursión fue dirigida por Israel en una operación unilateral que al parecer tomó por sorpresa a su aliado, Estados Unidos, según varios funcionarios occidentales y estadounidenses que hablaron a condición de anonimato.
El esfuerzo para retrasar el programa nuclear de Irán utilizando los ciberataques comenzó a mediados de la década de 2000, cuando el entonces presidente de EE UU, George W. Bush, estaba en su segundo mandato, recuerda el diario.
En un primer momento consistió en la recopilación de datos secretos para identificar blancos potenciales y desarrollar herramientas para destruirlos, según exfuncionarios estadounidenses. En 2008, el programa operativo fue desplazado del ámbito militar al de la CIA. Los portavoces de la CIA, el NSA y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, así como la Embajada de Israel en Washington, declinaron hacer comentarios.
Flame es uno de los programas “más sofisticados y subversivos” realizados hasta el momento, diseñado según los expertos para replicar información de redes, incluso de alta seguridad, y controlar las funciones cotidianas de un ordenador enviando la información a sus creadores.
El virus fue ideado para exportar la información mientras se hace pasar por una rutina de actualización de software de Microsoft y es capaz de evitar ser detectado durante varios años mediante el uso de un sofisticado programa para romper un algoritmo encriptado.
Flame fue desarrollado hace al menos cinco años como parte de un programa llamado en código “Juegos Olímpicos”, según fuentes oficiales familiares con la ciberoperación.
[Via 20Minutos]