Seguro que me lo habéis oído en más de una ocasión: los ultrabooks son uno de los mejores inventos en informática de los últimos años. Es más, tenían que haber llegado mucho antes, pero siguen teniendo una asignatura pendiente: el precio, al menos hasta ahora.
Desde Intel, que es quien está impulsando la plataforma (y por impulsando léase metiendo dinero: del orden de los 300 millones de dólares), describen cuáles son las líneas rojas que definen el concepto ultrabook, pero claro, el precio es libre.
Por ejemplo, no pueden medir más de 18 milímetros de grosor en las unidades con pantallas de menos de 14 pulgadas, tienen que pasar de hibernación profunda a uso completo en menos de siete segundos, sus baterías deben resistir cinco horas en uso y tienen que incorporar medidas de seguridad como Intel Anti Theft e Intel Identify Protection. Además, deben utilizar USB 3.0 para asegurar la rapidez de transferencia. Por supuesto, los procesadores que empleen serán Intel Core (aunque AMD ya ha sacado la competencia).
Vale, ya está descrito, pero ¿cuánto cuesta eso? Hasta ahora los precios de estas ligeras joyitas estaba holgadamente por encima de los mil euros. Y digo hasta ahora, porque en la presentación que realizó Intel la semana pasada de la nueva generación de ultrabooks, había un modelo de HP por debajo de 700 euros.
A esos precios sí se puede calentar el ambiente. Aunque, por otra parte, el impulsor de esta categoría de portátiles ya ha comenzado a desvelar cómo será el ultrabook de 2013; por ejemplo, la duración de la batería de los equipos basados en el procesador Haswell reducirán más de 20 veces el consumo de los actuales, lo que permitirá por ejemplo, permanecer diez días en espera conectada. Alguno pensará: “Pues yo casi me espero a los del año que viene”.
P.S.: ¿Por qué Apple no quiere que sus portátiles Air entren en la categoría ultrabook? Si repasamos las características que exige Intel, deberían ser considerados como tal.
[Via ElMundo]